miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mi particular alfarero (2)

Después de ver el video de Potter, lo primero que se me ha pasado por la cabeza es algo que me ocurrió hace dos años en el baloncesto.

Era principio de temporada y todo se presentaba bien, mismas compañeras y un entrenador nuevo, algo que nos hacía mucha falta y que esperábamos con mucha ilusión. En un primer momento, los entrenamientos eran nuevos, cansados pero muy amenos, todo parecía ir bien. Sin embargo, con el paso de la temporada las cosas fueron empeorando, su forma de motivarnos era aplastándonos psicológicamente, las frases: “es mejor que te dediques a las chapas” “no sirves para esto” no cesaban, eran algo normal en el día a día.
En ese momento, me sentía como el niño del video, primero pensé en tirar la toalla y dejar de seguir intentándolo, según fue pasando el tiempo, como un gran equipo que éramos, nos fuimos apoyando unas a otras, para mi ellas fueron mi “alfarero”.Yo no tenía un “alfarero” que me ayudaba a seguir y que me guiaba, yo tenía 10 “alfareros”.

Seguí luchando, superándome a mi misma, intenté tomarme sus críticas como críticas constructivas y al final, conseguimos nuestra “primera vasija bien hecha”, jugar bien y encontrarnos a gusto con nuestro juego, la verdad es que mejoré mucho.

Nos planteamos un nuevo objetivo, meternos en play-off. Él seguía con su particular forma de motivarnos, intentamos hablar con él, pero nada cambiaba, para él nuestro deporte seguía siendo el ajedrez. Poco antes del puente de diciembre y por lo tanto, a pocos partidos de la clasificación para play-off, me ocurrió algo que me pondría a prueba, tuve una lesión de rodilla, esguince de ligamentos. Igual que el niño del video, pensaba que mi sueño nunca se iba a cumplir. Sin embargo, ahí aparecieron mis compañeras para darme ánimo, lo que me permitió seguir para delante.

Me pasé el puente yendo a mi fisioterapeuta, haciendo montones de ejercicios para fortalecer la rodilla, corriendo por mi cuenta y muchas más cosas. Esto me permitió llegar dos semanas después que las demás, para jugar el partidos más importante para la clasificación de los play-off. Lo ganamos, invirtiendo mucho esfuerzo y muchas ganas, de este modo, conseguí hacer mi “huevo” al igual que el niño del vídeo. Nos metimos en play-off.

Hoy por hoy, no guardo nada de rencor a ese entrenador, sigo teniendo contacto con él, ya que nos hizo mejorar bastante. Mis compañeras de equipo son ahora mis amigas y siguen siendo hoy en día mi “alfarero”.

En mi futuro como maestra, siendo yo "el alfarero", espero poder enseñarle a mis alumnos los mismos valores que él al niño, es decir, que con esfuerzo, lucha y con las suficientes herramientas que yo les pueda transmitir, se consigue todo, sólo necesitan tener tiempo y paciencia.

1 comentario:

  1. Precioso. Has relacionado bien el vídeo con tu vida pero trata de identificarte también con el maestro alfarero. Piensa en cómo actuarás el día que tengas que educar a niños.

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