Después
de una presentación general, trabajamos con algo más concreto, el folclore. El Folclore
es una traducción que ha ido pasando de generación en generación del pueblo.
Compuesta por manifestaciones de diferente tipo, popular (del pueblo), viene de
muy antiguo (muchas de ellas) y componen las traducciones de un grupo humano es
decir, es una traducción antigua que ha ido evolucionando con los años.
Luego
fuimos profundizando más hasta llegar a los textos folclóricos, son textos de
tradición cultural y popular. Sus características son:
-
Son populares, nacen, se
desarrollan y se transmiten en el pueblo.
-
Transmisión oral, dos tipos:
vertical (de padres a hijos) y horizontal (hacia distintas familias, en el
espacio y tiempo), por eso hay multitud de versiones.
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No son infantiles, sino
familiares.
-
Diferentes orígenes, no tienen
versiones originales
-
No tienen autor, no son anónimos
(autor desconocido, sin nombre), los textos folclóricos no tienen autor, cada
persona aporta algo.
-
No tienen intención de ningún
tipo.
-
Reflejan la realidad de su época
pero también reflejan los deseos y sueños de la gente del pueblo.
-
Son textos simbólicos.
Hay
textos folclóricos en verso que se pueden considerar infantiles, como la
“Canción del Corro de la Patata”. Estos textos,
pueden cantarse y hasta bailarse.
Otro
texto folclórico es el cuento, es un relato breve, el término para definir la
prosa folclórica es cuento folclórico, estableciendo la diferencia entre
literatura y paraliteratura, hay dos tipos de tipos de textos, depende quien y
con qué intención se clasifiquen, se pueden distinguir: La fábula, los mitos, leyendas
hagiográficas (leyendas que tienen carácter religioso y sirven para que la
gente se vuelva devota de determinados santos o determinadas figuras de Virgen) que son paraliterarios.
En
literatura, cuentos maravillosos (hadas, lago Ness…), el primer estudio lo hizo
Vladimir Propp, se basaba en el estructuralismo, hizo la primera clasificación
de cuentos rusos y extendió sus conclusiones a las demás tradiciones, los
clasificó en: mitos, cuentos de hadas o maravillosos (cuentos en los que
aparece, al menos, un personaje mágico), cuentos de animales (los animales
representan roles humanos) y por último, cuentos de fórmula, son textos que por
su estructura, requieren que te las aprendas de memoria, para que tengan
sentido, los tipos son: cuentos mínimos (se les cuentan a los niños para “vacilarles”,
como el cuento de Mariacastaña o para jugar), cuentos acumulativos (argumento
sencillo, pero el nudo son personajes que hacen lo mismo “Gallo Quirico”)
Como
aspecto a destacar, la diferencia entre versiones y adaptaciones, que
normalmente se utilizan como sinónimos y tienen diferencias. Las versiones
tienen cambios no intencionados, sin embargo, en la adaptación sí hay una
intencionalidad concreta. Lo ideal es que los cuentos no estén muy adaptados.
También
es importante conocer a algunos de los recopiladores que tienen cuentos en los
que posteriormente, se basó Disney para hacer las historias que todos
conocemos.
Charles
Perrault: Trabajador de la corte francesa del rey sol, que
adaptaba cuentos con fin de moralizar, los contaba a niños y a todas las
personas de la corte, son textos adaptados intencionalmente para moralizar, al
final del cuento, hay una moraleja en verso, son historias paraliterarias.
Mme.
Le Ponce de Beaumont y Armand Berquin:
cuentos de la Bella y la Bestia más antiguos
Hermanos
Grimm: Primera mitad del s.XIX. Se dedicaban a la
filología en Alemania. Un editor le pidió que hicieran una antología de textos
folclóricos de Alemania para que los textos no se perdieran, se agotaron dos
ediciones, los padres compraban los cuentos para sus hijos. Por lo que en la
tercera edición les obligaron a quitar lo que consideraban más escabroso.
Fernán
Caballero: Pseudónimo de una mujer sueca, que vivía en España.
Adaptaba los cuentos para que fueran como ella quieran, los escribió en España.
Andersen: Hicieron una estatua para honrar a la sirenita en Copenhague, escribe
cuentos tristes en la segunda mitad del siglo XIX, similar a Charles Dickens,
modifica cuentos a su gusto, hace adaptaciones. Su vida se refleja en el patito
feo. Normalmente, son cuentos tristes que refleja inquietudes personales.
Para
hacer una buena adaptación hay que tener claro que todos los cuentos tienen:
Introducción (núcleo familiar), nudo y desenlace. El protagonista, cuando
empieza el nudo, sale de su núcleo familiar para enfrentarse a un espacio
distinto. Durante el nudo, pasan cosas diferentes, hay pruebas que el
protagonista tiene que superar para sobrevivir, en todos hay un antagonista y
un protagonista. Se encuentra con pruebas para llegar a la edad adulta, o muere
o el desenlace. El desenlace consiste en crear un nuevo núcleo familiar, o solo
o acompañado
Lo que
no se puede cambiar de los cuentos es el esquema, el personaje puede cambiar,
pero no el rol, tiene que haber una antagonista, también se mantiene el motivo
por el que el personaje tiene que salir del núcleo familiar (puede salir por
propia voluntad, se puede cambiar el motivo, pero siempre tiene que salir por
voluntad propia, si sale por obligación también tiene que salir por obligación,
el motivo se puede dejar) las pruebas también tienen que tener el mismo
carácter (generosidad, valentía…) Una vez que hemos llegado a la vida adulta y
llega al desenlace se puede cambiar en que acabe bien o acabe en muerte.
Mi experiencia con los cuentos siempre ha sido muy
positiva, en verano cuando iba al pueblo con mis primas, antes de dormirnos mi
abuela siempre pasaba por nuestra habitación y nos contaba cuentos, siempre
eran historias de allí de lobos, ya que al ser un pueblo de León pegado a
Ourense, está rodeado de montañas y bosque, ella siempre decía que le habían
pasado a ella, nunca he sabido las partes que eran inventadas y las que no.
La verdad que recuerdo dormirme con una sensación de
alegría, porque me gustaban las historias y la entonación que les ponía, con
desconcierto porque había partes que las contaba en gallego y de pequeña no lo
entendía bien y sobre todo, a la misma vez con miedo, miedo de que esos lobos
de los que ella me hablaba volvieran a aparecer. Años más tarde he sabido que
no era la única que se dormía con esa sensación.
En mis prácticas, no tuve la suerte de poder
contarles mi adaptación, ni ningún cuento, ya que aunque se leía mucho, no se
les contaba cuentos. Sin embargo, pude contárselo a mis primas pequeñas en
Nochebuena y les gustó mucho.
También se los conté a mis primas más mayores y a mi
novio, que aunque todos son más mayores que yo, cuando dormimos en la misma
casa, me piden que les cuente un cuento antes de dormirnos. A veces me los
invento juntando varios cuentos, pero gracias a este bloque he ampliado mi
repertorio. Quizás somos demasiado infantiles, ya que seguimos contando cuentos
antes de dormirnos con más de 20 años, pero yo me pregunto, ¿qué hay de malo en
tener un niño dentro nosotros?
Quiero destacar el poco contacto que tienen los
niños hoy en día con el folclore. En algunos colegios, los profesores creen que
los cuentos son sólo para infantil y en casa sólo se limitan a ponerle
películas de Disney. He preguntado tanto a mis primas pequeñas como a algunos
niños de la clase en la que hice prácticas y a ninguno se les cuenta cuentos ni
historias típicas de sus pueblos en casa ni en el colegio. Y la pregunta es,
¿cómo queremos que los niños aprendan a escucharnos, si sólo les mandamos que
nos escuchen para echarlos la bronca o para que atiendan a largas clases
magistrales? Si no le cuentas cuentos o historias, el concepto de escuchar que
tienen es algo negativo, es normal que hasta la televisión con los dibujos les
entretengan más que nosotros.
De este bloque me quedo con los cuentos que he
aprendido y descubierto, con la ilusión que me hizo volver a escuchar cuentos y
por supuesto, contarlos. Ha sido como volver a mi infancia. Cuando vea este año
a mi abuela, seré yo la que le cuente los cuentos.
"Hay cosas que nunca
deberían cambiar"